La adolescencia y la familia

La familia, primera célula social, sufre los embates de las otras organizaciones sociales. El compromiso inicial que se genera en una pareja occidental ocasiona el desarrollo de una serie de actividades basadas en el conjunto. El trabajo, el cariño, la necesidad de cercanía, la cooperación y el compromiso son, pues, los elementos de cohesión a diario.

Y estos elementos se desarrollan de acuerdo a la iniciativa de la cabeza familiar (padre o madre). Sin embargo, dicho proceso llega a estar restringido, también, por la evolución, lógica del crecimiento (físico y espiritual). Por tanto, las edades también marcaran los procesos familiares.

La adolescencia, como proceso biológico, psicológico, sexual y social, posterior a la niñez, suele representar una prueba del carácter para los progenitores.

La propuesta pública de consumo, sumando las nuevas tecnologías, las nuevas tendencias y la liberación de la opinión, pone a prueba, entonces, a la célula social: la familia. Pero también factores económicos como naturaleza de las actuales crisis sociales como todo lo emanado de la inseguridad de la calle y de las relaciones.

La familia sigue siendo, entonces, la base sobre la cual guardar las esperanzas de un mundo mejor. Aunque ciertamente la herencia genética y cultural influyen, es en el manejo de los nuevos progenitores de esta sociedad en donde navega el futuro de los países.

Ales Gutiérres